Cruces Y Flechas (e-bog) af Sanz, Jose A.
Sanz, Jose A. (forfatter)

Cruces Y Flechas e-bog

40,46 DKK (inkl. moms 50,58 DKK)
Fray Junpero Serra fue controversial en vida y en sepultura. Ha hecho correr ros de tinta. Para unos, es santo misionero y hroe civilizador; para otros, fraile medieval y carcelero genocida. Parece que es ms importante lo que representa que lo que fue en vida. No hace falta otra imagen en esta procesin de historiadores y polticos. Lo interesante es el hombre que fue Junpero, cmo se imagin su vi...
E-bog 40,46 DKK
Forfattere Sanz, Jose A. (forfatter)
Forlag Palibrio
Udgivet 14 september 2015
Længde 130 sider
Genrer BGH
Sprog Spanish; Castilian
Format epub
Beskyttelse LCP
ISBN 9781506508382
Fray Junpero Serra fue controversial en vida y en sepultura. Ha hecho correr ros de tinta. Para unos, es santo misionero y hroe civilizador; para otros, fraile medieval y carcelero genocida. Parece que es ms importante lo que representa que lo que fue en vida. No hace falta otra imagen en esta procesin de historiadores y polticos. Lo interesante es el hombre que fue Junpero, cmo se imagin su vida y cmo la vivi as como el dilogo que mantuvo consigo mismo, con Dios y con las personas que se encontr por el camino. Este es un libro de encuentros. La palabra clave es la conjuncin y, en constante peligro de volverse disyuntiva o incluso adversativa. Un da, camino de San Diego, todava en Baja California, Fray Junpero, portador de una cruz, recogi unas flechas que los indios haban depositado en el suelo, un aviso a los intrusos que cruzaban sus tierras. El fraile las tom en la mano y admir la belleza de su factura y sus adornos. Meses ms tarde, cerca de Monterey, unos indios encontraron unas cruces dejadas por unos extraos visitantes. All los indios clavaron unas flechas en tierra y depositaron sus ofrendas. Cruces y flechas, palabras en madera de culturas dispares, que se pueden leer de distinta manera. En manos de soldados y guerreros hablan de muerte. Tal vez en otras manos y referidas a Dios hablen de vida. As lo creyeron el indio Juan Evangelista y el franciscano fray Junpero Serra.