Ocaso Y Alba e-bog
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Soy ahora ciudadano peruano-norteamericano, maana ser ciudadano de la Nacin Planetaria nica, acaso no deseamos la globalizacin?. Nac en la ciudad de Carhuaz, Ancash, el 24 de marzo de 1933. Estudi primaria en mi Carhuaz; y secundaria en el Colegio Nacional Alfonso Ugarte, en Lima. Atrado por el teatro ingres al Grupo "Histrin, Teatro de Arte", en el que, subido sobre el caballo, me form como ac...
E-bog
84,99 DKK
Forlag
Palibrio
Udgivet
26 august 2010
Længde
304 sider
Genrer
Adventure / action fiction
Sprog
Spanish; Castilian
Format
epub
Beskyttelse
LCP
ISBN
9781617640551
Soy ahora ciudadano peruano-norteamericano, maana ser ciudadano de la Nacin Planetaria nica, acaso no deseamos la globalizacin?. Nac en la ciudad de Carhuaz, Ancash, el 24 de marzo de 1933. Estudi primaria en mi Carhuaz; y secundaria en el Colegio Nacional Alfonso Ugarte, en Lima. Atrado por el teatro ingres al Grupo "Histrin, Teatro de Arte", en el que, subido sobre el caballo, me form como actor profesional. Desde entonces - 1959 al 2000 - he sido actor, director de teatro y autor reconocido por el Centro Latinoamericano de Creacin e Investigacin Teatral, por el Consejo Nacional de Rectores de la Universidad Peruana, por el Sindicato de Actores del Per y por la Asociacin Nacional de Trabajadores del Arte. Ahora vivo en USA, jubilado, dedicado a escribir. Publiqu en el Per varias obras de teatro y un ensayo: "Asquerosas realidades, estpidas esperanzas". En USA, he publicado "Educacin moral, tica y cvica para hacer del animal hombre un hombre humanizado" y mi ensayo poltico HUMANOS DEL MUNDO, UNOS! libro-herramienta para transformar el mundo. Ahora publico mi novela "Ocaso y alba" que simbolizan el ocaso dialctico inevitable de la actual sociedad burguesa y el alba que anuncia el nacimiento de una nueva sociedad humanista. Jos Santos, el personaje de la novela, descubre en sus sueos un mundo extraterrestre perfecto, igual al que l suea para el mundo terrcola. Pero los sueos, sueos son si al despertar seguimos soando. Sin embargo, los sueos no son sueos, siempre. La historia nos lo demuestra.